Los bebés nacen con una predisposición al aprendizaje. Tienen sensaciones, gracias a las experiencias generadas por estímulos externos, que viajan a sus cerebros creando percepciones o experiencias internas.
La teoría de Jean Piaget es fundamental en este campo de la Psicología porque organizando en estadios los primeros esquemas (manipulación, percepción…) y explica cómo varían estas estructuras para acceder al conocimiento. Divide el estadio sensoriomotor en 6 subestadios:
Para comenzar, en el subestadio 1 (0-1 mes) se produce la actividad refleja. Los bebés utilizan sus reflejos innatos para interiorizar objetos nuevos para ellos.
En el subestadio 2 (1-4 meses) ya se observan las “reacciones circulares primarias” (acciones sistemáticas, repetidas y voluntarias, centradas en el cuerpo del bebé). Los bebés también podrán imitar esporádicamente. En cuanto al desarrollo motriz, pueden sostener la cabeza y comenzar a agarrar objetos que haya en sus manos, darán patadas y balbucearán. Intelectualmente, empiezan a reconocer a miembros de su familia cercanos; exploran con sus ojos, boca y manos y esperan gratificaciones, como la alimentación. En el entorno social, sonríen fácil y espontáneamente, se reduce el llanto, permanecen alegres, protestan cuando están solos, responden con todo su cuerpo a las caras que conocen aumentando las expresiones faciales.
Subestadio 3 del bebe (4-8 meses)
Aparecen las denominadas “reacciones circulares secundarias” cuando el bebé lleva a cabo repeticiones de las acciones que realiza con objetos que va descubriendo.
Así, sobre el quinto o sexto mes, es posible que al cogerles de las manos intenten sentarse. Si están sobre su tripita, se dan la vuelta para apoyarse en su espalda. Pueden juntar las manos ellos solos, se inclinan para mirar un objeto que se ha caído, reconocen objetos familiares. Cuando emiten sonidos pueden ser tanto vocálicos como consonánticos, variando el tono y volumen en función de sus sentimientos. Buscan visualmente objetos que se mueven con rapidez. En este momento, hacen caras imitando, dejan de llorar cuando se les habla, responden a los sonidos humanos volteando la cabeza, sonríen y vocalizan para ganar la atención de las personas…
Entre el sexto y octavo mes de vida, cogen objetos (como sonajeros) y los pasan de una mano a otra, agarran el biberón solos. Pueden darse la vuelta hacia cualquier lado y sentarse más tiempo sin apoyar la espalda. Cambian sus estados de ánimo bruscamente y consiguen alcanzar algo rápidamente, con especial atención a sus manos. Rechazan las cosas que no les gustan, gritan ante la excitación, saludan con su manita, reconocen su nombre volteándose. Balbucean activamente cuando oyen sonidos diferentes, sobre todo con voces femeninas y prefieren jugar con personas.
Cuarto subestadio del infante (8-12 meses)
Comienza la conducta intencional y tienen la habilidad de coordinar esquemas secundarios. Desarrollan la permanencia del objeto. En el periodo de los nueve a doce meses, gatean o se arrastran sobre el trasero, se ponen de pie ellos solos o con ayuda de muebles, o incluso andan. Señalan las diferentes partes del cuerpo si se les pregunta. Les gusta estar acompañados y ser atendidos, y aumenta la conciencia sobre ellos mismos (aprobación social y les asustan los lugares extraños.
Los bebés crean variaciones en sus acciones sobre los objetos mediante ensayo y error en la etapa del subestadio 5 (12-18 meses). De esta manera, pueden observar qué consecuencias tienen sus actos. Una vez entra el primer año o año y medio, quieren trepan por todos lados y aprenden a caminar, encuentran objetos escondidos, identifican animales en cuentos, recuerdan eventos durante más tiempo, consiguen agrupar objetos según su color y forma y su conciencia va mejorando. Demuestran su cariño hacia las personas y juguetes favoritos. Expresan sus emociones y demuestran especial interés por “las cosas de adultos”.
18-24 meses (subestadio 6)
inicia el pensamiento propiamente y el niño es capaz de ensayar mentalmente acciones antes de ejecutarlas, por la interiorización de los esquemas o creación de símbolos. De hecho, hacen imitaciones diferidas y aparece el juego simbólico.
En torno al segundo año, tienen buen equilibrio: saltan con los pies juntos, reciben y devuelven la pelota… Van adquiriendo nociones básicas de tiempo y espacio, arman torres de 6 cubos y alinean 20 o más. Garabatean, consolidan la comprensión del lenguaje (pronuncian frases de 3 o 4 palabras y usan posesivos y pronombres). También se llaman a sí mismos correctamente con su nombre. Comienzan a comer solos y se relacionan con personas extrañas a él. Imitan tareas domésticas que ven (como barrer) y entienden algunas órdenes sencillas.
3 años en adelante…
Cuando han cumplido 3 años no pueden estar mucho tiempo quietos, se vuelven más curiosos y enérgicos. Intentan pedalear en un triciclo, saben aumentar y disminuir la velocidad al correr, subir escaleras alternando los dos pies (pero con algún apoyo siempre). Hacen trazos controlados (aparición de la motricidad fina) y mueven todo el brazo al dibujar. En el desarrollo intelectual, son capaces de anteceder. Se incrementa su vocabulario (de 3 palabras a unas 250 aproximadamente) y cada vez tienen la habilidad de comprender mejor. Señalar, que en este punto se vuelven más egoístas, desean ser independientes, hacer cosas ellos mismos y se percatan de que son parecidos a otros niños.
Más adelante, se armonizan sus movimientos y tonifican sus músculos. Pueden hacer pinza con la mano. De igual modo, se va manifestando si son diestros o zurdos. La tarea de escribir se produce de 6 a 11 años.
Desarrollan la independencia segmentaria, es decir, todos los esquemas que intervienen en el dominio corporal. En el periodo preoperacional, los niños piensan en voz alta, tienen pensamiento simbólico y conocen canciones infantiles.
Concluyendo, un punto importante en esta edad es su egocentrismo: no son capaces todavía de ponerse en el lugar del otro. Incluyen adverbios, preposiciones y conjunciones para elaborar las frases. Suelen aparecer las rabietas y es el momento en el que desean saber todo y preguntan constantemente. Se visten y desvisten con poca ayuda del adulto. Solo acuden al baño cuando lo necesitan, sienten terrores irracionales, comen en horas prudenciales, juegan solos tranquilos alrededor de media hora… Por último, empiezan a razonar y a entender los pensamientos ajenos.
Conclusiones
El desarrollo humano es el estudio del cambio y estabilidad a lo largo de la vida. En este artículo nos hemos centrado en los primeros años, cuando el niño es un agente activo, con sus características genéticas. Interacciona con el medio y se adapta a las condiciones ambientales mediante dos mecanismos llamados “invariantes”: la asimilación y la acomodación. Recibe influencias, colecciona habilidades y modifica su conducta para ser aceptado. El desarrollo es un andamiaje cuando somos pequeños y los logros pueden darse en momentos diferentes en cada niño o niña.